- Axis Noticias
- 2025-07-06
Hugo López-Gatell a la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Un Nombramiento que Sacude la Salud Pública Mexicana
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- Por AXIS Noticias,
- 2025-06-30
- En México
El 30 de junio de 2025, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció una decisión que desató un torbellino de reacciones: Hugo López-Gatell, el exsubsecretario de Salud que lideró la estrategia contra la pandemia de COVID-19, se integrará a la Misión Permanente de México ante los Organismos Internacionales en Ginebra, Suiza, con un enfoque en los trabajos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este nombramiento, que no requiere ratificación del Senado, ha reabierto heridas profundas en un país que aún lidia con las secuelas de una crisis sanitaria que dejó más de 800,000 muertes en exceso, según datos oficiales. Mientras algunos celebran la designación como un reconocimiento a la trayectoria del epidemiólogo, otros lo ven como una afrenta a las víctimas de la pandemia y una señal de continuidad política en la llamada Cuarta Transformación.
El Camino de López-Gatell: De la Academia al Epicentro de la Polémica
Hugo López-Gatell Ramírez, médico cirujano por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctor en epidemiología por la Universidad Johns Hopkins, es una figura que combina una sólida formación académica con un historial de controversias públicas. Antes de convertirse en el rostro de la respuesta mexicana al COVID-19, López-Gatell trabajó como médico especialista en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” y ocupó cargos en la Secretaría de Salud, donde destacó por su enfoque en la prevención y promoción de la salud.
Su ascenso a la fama llegó en 2020, cuando, como subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, asumió el liderazgo de la estrategia contra la pandemia. Sus conferencias vespertinas, transmitidas diariamente desde Palacio Nacional, lo convirtieron en una figura omnipresente en los hogares mexicanos. Con un estilo didáctico, López-Gatell explicaba conceptos epidemiológicos complejos, promovía medidas como la “sana distancia” y defendía la estrategia del gobierno, que evitaba cuarentenas estrictas y pruebas masivas.
Sin embargo, su gestión pronto se vio envuelta en críticas. La decisión de no implementar pruebas generalizadas, el rechazo inicial al uso obligatorio de cubrebocas y proyecciones optimistas que subestimaron la magnitud de la crisis —como prever un máximo de 35,000 muertes, cuando el exceso de mortalidad superó las 800,000— alimentaron el descontento. Según un informe de la OMS, México registró el cuarto nivel más alto de exceso de mortalidad a nivel mundial durante la pandemia, con un estimado de 808,000 muertes adicionales entre 2020 y 2022.
“Lejos de estar guiada por la precaución, la ciencia y la verdad, la respuesta oficial se caracterizó por la negación persistente del riesgo”, señaló la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de COVID-19 en México, en un comunicado emitido el 2 de julio de 2025.
El Contexto del Nombramiento: Un Cargo Técnico, No Oficial
El anuncio de Sheinbaum generó confusión inicial, ya que la presidenta afirmó que López-Gatell sería el “representante de México ante la OMS”. Sin embargo, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) aclaró que el exsubsecretario no ocupará el cargo de representante permanente, un puesto que desde 1950 corresponde a la embajadora de México ante los organismos internacionales en Ginebra, actualmente Francisca Méndez Escobar. En cambio, López-Gatell se integrará a la misión con un rol técnico, con rango de ministro, subordinado a Méndez y al representante permanente alterno, Fernando Espinosa. Su labor se centrará en participar en los trabajos de la OMS y otros programas sanitarios de la ONU.
“Participará con la representación de México en los trabajos de la OMS, así como en otros programas especializados del sistema de Naciones Unidas en materia sanitaria”, precisó la SRE en un comunicado el 1 de julio de 2025.
Este matiz es crucial. A diferencia de lo que sugieren titulares sensacionalistas, López-Gatell no será el rostro oficial de México ante la OMS, sino un asesor técnico en un contexto donde la representación diplomática abarca 36 organismos internacionales, desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) hasta la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR). Sin embargo, la falta de claridad inicial en el anuncio alimentó especulaciones y críticas, especialmente entre quienes ven en este movimiento un intento de recompensar la lealtad de López-Gatell al proyecto de la Cuarta Transformación.
Las Voces del Rechazo: Una Herida Abierta
El nombramiento de López-Gatell ha desatado una ola de críticas, particularmente entre la oposición política y los familiares de las víctimas de la pandemia. Figuras como Manuel Añorve, senador del PRI, calificaron la designación como “un premio a la impunidad” y anunciaron acciones legales ante instancias nacionales e internacionales.
“López-Gatell debería estar en la cárcel, no en Ginebra. Es una ofensa a las víctimas de la pandemia”, afirmó Añorve en una conferencia de prensa el 30 de junio de 2025.
La Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de COVID-19, integrada por expertos como el exsecretario de Salud Julio Frenk y la científica Julia Carabias, fue aún más contundente. En un comunicado, la comisión señaló que el nombramiento es “inaudito” y una “falta de respeto” a las víctimas, recordando que México tuvo el mayor número de muertes de personal médico en el continente americano y que más de 215,000 niños quedaron en orfandad por la pérdida de sus padres durante la pandemia.
Las críticas no se limitan al ámbito político. En redes sociales, usuarios han reactivado el apodo de “Doctor Muerte” para referirse a López-Gatell, un término acuñado durante la pandemia para señalar su responsabilidad en las altas tasas de mortalidad. En X, publicaciones de cuentas verificadas han expresado indignación, argumentando que el nombramiento pone en entredicho la credibilidad de México ante la comunidad internacional.
La Defensa de Sheinbaum: Lealtad y Reconocimiento
Pese a las críticas, la presidenta Sheinbaum ha defendido con firmeza su decisión. Durante su conferencia matutina del 1 de julio, la mandataria calificó de “increíble el escándalo” generado por el nombramiento y destacó el “esfuerzo extraordinario” realizado por López-Gatell durante la pandemia, en un contexto donde el sistema de salud enfrentaba décadas de abandono.
“Todo el mundo tenemos errores y nadie es perfecto, pero el esfuerzo que se hizo fue extraordinario”, afirmó Sheinbaum, subrayando la trayectoria del epidemiólogo.
Esta defensa no es sorprendente. López-Gatell ha sido un aliado clave del proyecto de la Cuarta Transformación, y su lealtad al expresidente López Obrador lo convirtió en una figura emblemática del movimiento. Sin embargo, la relación entre Sheinbaum y López-Gatell no siempre fue fluida. Durante la pandemia, cuando Sheinbaum era jefa de Gobierno de la Ciudad de México, implementó medidas como pruebas masivas y el uso obligatorio de cubrebocas, en contraste con la estrategia federal que encabezaba López-Gatell. Este desencuentro histórico hace que el nombramiento sea aún más intrigante, sugiriendo motivaciones políticas más allá del mérito profesional.
Algunos analistas, como el politólogo Héctor Quintanar de la UNAM, interpretan la designación como un intento de Sheinbaum por mantener la cohesión dentro de Morena, premiando la lealtad de figuras cercanas a López Obrador. Otros, como Javier Rosiles, también de la UNAM, ven en este movimiento una estrategia para posicionar a México como un actor relevante en la salud global, aprovechando la experiencia previa de López-Gatell con la OMS. En 2020, el epidemiólogo fue invitado por el organismo a participar como experto en el Reglamento Sanitario Internacional, un reconocimiento que él mismo calificó como una “distinción al país”.
El Papel de López-Gatell en Ginebra: Expectativas y Retos
El rol de López-Gatell en Ginebra estará centrado en asesorar técnicamente en temas de salud pública, en un momento crítico para la OMS. La reciente salida de Estados Unidos del organismo, impulsada por la administración de Donald Trump en 2025, ha generado un vacío presupuestal del 18% y la pérdida de personal experto, según estimaciones del propio López-Gatell. En este contexto, México podría desempeñar un papel clave en la reconfiguración del sistema global de salud, promoviendo principios como la justicia social y la equidad en el acceso a la salud, valores que López-Gatell ha defendido en foros internacionales.
“Otro mundo es posible para la salud y para la paz, pero es preciso reconocer que el sistema económico ha concentrado la riqueza y degradado nuestros ecosistemas”, declaró López-Gatell en la 75ª Asamblea Mundial de la Salud en 2022.
Sin embargo, su llegada a Ginebra no estará exenta de desafíos. La OMS, como organismo multilateral, exige un enfoque basado en la evidencia científica y la cooperación internacional, áreas donde López-Gatell ha sido cuestionado. Durante la pandemia, su insistencia en minimizar la importancia de las pruebas masivas y el uso de cubrebocas generó fricciones con la comunidad científica mexicana, incluyendo a figuras como Laurie Ann Ximénez-Fyvie, quien lo acusó de priorizar la narrativa política sobre la ciencia.
Implicaciones Políticas y Sociales en México
El nombramiento de López-Gatell trasciende lo administrativo y toca fibras sensibles en la sociedad mexicana. La pandemia de COVID-19 dejó cicatrices profundas: además de las 808,000 muertes en exceso, el país enfrentó una crisis económica que incrementó la pobreza en un 9% y una ola de orfandad que afectó a más de 215,000 niños. Estas cifras, combinadas con la percepción de un manejo errático de la crisis, han hecho que el nombramiento sea visto por muchos como una provocación.
Para la oposición, liderada por partidos como el PRI, PAN y Movimiento Ciudadano, el caso es una oportunidad para cuestionar la continuidad del proyecto de Morena. Senadores como Añorve han anunciado que presentarán denuncias ante organismos internacionales, argumentando que la designación pone en riesgo la credibilidad de México en la OMS. Sin embargo, estas acciones enfrentan un obstáculo: el nombramiento no requiere aprobación del Senado, lo que limita las opciones legales de la oposición.
Por otro lado, el respaldo de figuras como Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, y María Elena Álvarez-Buylla, exdirectora del Conacyt, refleja el apoyo incondicional de un sector de Morena. Noroña, quien inicialmente desmintió el nombramiento por falta de información, rectificó y celebró la designación, calificando a López-Gatell como un “compañero excepcional”.
Un Debate sobre la Memoria y la Justicia
El caso de López-Gatell plantea preguntas fundamentales sobre la memoria colectiva y la rendición de cuentas. En un país donde la justicia por las víctimas de la pandemia sigue siendo una asignatura pendiente —en 2023, un juez federal ordenó a la Fiscalía General de la República investigar a López-Gatell por las muertes durante la crisis, sin que se haya avanzado significativamente—, su designación a un puesto internacional es vista por muchos como un intento de protegerlo de la crítica interna.
Sin embargo, también hay quienes defienden su trayectoria. López-Gatell no solo tiene un historial académico sólido, sino que su participación en la OMS en 2020 fue bien recibida por el organismo. Su enfoque en la justicia social y la crítica al sistema económico global resuena con los principios de la OMS, que en los últimos años ha abogado por un acceso equitativo a vacunas y tratamientos.
Hacia el Futuro: México en el Escenario Global
La integración de López-Gatell a la misión en Ginebra posiciona a México en un momento clave para la salud global. Con la OMS enfrentando retos como la financiación, la cooperación internacional y la preparación para futuras pandemias, la experiencia de López-Gatell podría ser un activo, siempre que logre superar el peso de su pasado. Para México, este nombramiento es una oportunidad para reforzar su presencia en organismos multilaterales, pero también un recordatorio de que las decisiones políticas no pueden ignorar las heridas de una nación que aún busca respuestas.
Mientras López-Gatell prepara su traslado a Ginebra, el debate en México continúa. ¿Es este nombramiento un reconocimiento a su labor o un intento de alejar a una figura controvertida? La respuesta, como tantas veces en la política mexicana, dependerá de quién la cuente.