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Miércoles, 29 de octubre, 2025
La presidenta Claudia Sheinbaum en conferencia de prensa.

México contra el impuesto a las remesas

Sheinbaum promete reembolsar el gravamen a los migrantes



El 30 de junio de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció una medida que resonó como un mensaje de solidaridad hacia los millones de migrantes mexicanos en Estados Unidos: el gobierno mexicano reembolsará el impuesto del 1% que el Congreso estadounidense planea imponer a las remesas enviadas en efectivo. Este programa, que operará a través de la Tarjeta Paisano de la Financiera para el Bienestar (Finabien), busca proteger el poder adquisitivo de las familias que dependen de estos recursos, en un contexto de creciente tensión comercial y política entre México y su vecino del norte. La decisión no solo refleja una estrategia económica, sino también un reconocimiento al papel crucial de los migrantes como sostén de la economía mexicana, en un momento en que las políticas migratorias y arancelarias de la administración de Donald Trump amenazan con alterar la dinámica binacional.

El peso de las remesas: Un pilar económico bajo presión

Las remesas son una de las principales fuentes de ingresos para México, superando en 2024 los 64,700 millones de dólares (aproximadamente 1.3 billones de pesos mexicanos), según datos del Banco de México (Banxico). Este flujo financiero, que representa cerca del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, es vital para millones de familias, especialmente en estados como Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Chiapas, y Zacatecas, donde las remesas constituyen más del 10% del PIB estatal. En 2024, México se consolidó como el segundo receptor mundial de remesas, solo detrás de India, superando los ingresos generados por el turismo, las exportaciones agroalimentarias y las ventas petroleras.

“Las remesas son el sustento de comunidades enteras. Sin ellas, muchas familias no podrían cubrir necesidades básicas como alimentación, educación o salud”, señaló Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base.

Sin embargo, este pilar económico ha enfrentado turbulencias en 2025. La incertidumbre generada por la propuesta de un impuesto a las remesas en Estados Unidos, impulsada por legisladores republicanos y respaldada por Trump, ha provocado una caída del 4.6% en los envíos de mayo de 2025, con un total de 5,360 millones de dólares, según Banxico. Esta disminución, la segunda consecutiva en términos anuales, refleja el temor de los migrantes a salir de sus hogares ante posibles deportaciones, así como los efectos de un peso mexicano fortalecido frente al dólar, que cerró en 20.67 pesos por dólar en junio de 2025. La propuesta inicial de un gravamen del 5%, que luego se redujo a 3.5% y finalmente a 1% para las remesas en efectivo, ha sido un punto de fricción en las relaciones bilaterales, desatando un intenso cabildeo diplomático y comunitario.

Un logro colectivo: La reducción del impuesto

La disminución del impuesto propuesto, de un 5% inicial a un 1% aplicable únicamente a las remesas en efectivo, es un triunfo que Sheinbaum atribuyó a los esfuerzos de los migrantes mexicanos y a la acción diplomática de México.

“Ese logro es de nuestros paisanos, principalmente por el envío de cartas a sus senadores, sobre todo aquellos con doble nacionalidad”, destacó la presidenta en su conferencia matutina del 30 de junio.

La presión ejercida por la comunidad migrante, que envió miles de cartas a los senadores estadounidenses, junto con las gestiones de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el embajador Esteban Moctezuma en Washington, logró que el gravamen se limitara a las transferencias en efectivo, que representan solo el 0.7% del total de remesas (481 millones de dólares en 2024). Las transferencias electrónicas, que constituyen el 99.1% de los envíos (16,138 millones de dólares en 2024), quedaron exentas del impuesto. Este ajuste, aunque positivo, no elimina el impacto en los migrantes que dependen de métodos tradicionales, como el efectivo o los giros postales, debido a la falta de acceso a servicios bancarios o por preferencias culturales.

El programa de reembolso: Una respuesta innovadora

Para mitigar el impacto del impuesto del 1%, Sheinbaum anunció que, a partir del viernes 4 de julio de 2025, el gobierno implementará un programa para reembolsar este gravamen a través de la Tarjeta Paisano de Finabien. Este mecanismo permitirá a los migrantes recuperar el monto descontado, siempre que utilicen los canales oficiales de la Financiera para el Bienestar. La presidenta estimó que el costo de este programa será inferior a 5,000 millones de pesos, una cifra manejable dentro del presupuesto federal, dado el bajo porcentaje de remesadoras que envían dinero en efectivo.

“Vamos a proteger cada peso de nuestros paisanos. Para quienes envían en efectivo, anunciaremos un programa especial para reembolsar ese 1%”, prometió Sheinbaum.

Esta iniciativa no solo busca aliviar la carga económica, sino también fomentar la bancarización de las remesas, incentivando el uso de plataformas gubernamentales seguras y accesibles. Sin embargo, el programa enfrenta retos logísticos, como garantizar que los migrantes, especialmente los indocumentados, confíen en Finabien y tengan acceso a la tarjeta. Además, la medida aún está pendiente de la aprobación final del Senado estadounidense, lo que agrega incertidumbre sobre su implementación.

Antecedente histórico: Las remesas como motor económico

Las remesas han sido un salvavidas para la economía mexicana desde hace décadas. Durante la pandemia de COVID-19 en 2020, los envíos crecieron de manera sin precedentes, alcanzando un máximo histórico en junio de 2024 con 6,206 millones de dólares, según Banxico. Este aumento se atribuyó al uso de plataformas digitales, los programas de alivio al desempleo en EE.UU. y un espíritu de solidaridad entre los migrantes, quienes enviaban más recursos para apoyar a sus familias en tiempos de crisis. En 2023, las remesas representaron el 3.7% del PIB nacional, beneficiando al 52% de los hogares receptores en comunidades rurales de menos de 15,000 habitantes, según el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla).

Estados como Guanajuato y Michoacán, que reciben el 8.7% cada uno del total de remesas, son ejemplos claros de la dependencia de estas transferencias. En promedio, cada envío es de 385 dólares (unos 7,960 pesos), equivalente a un salario mínimo mensual en México. Estas sumas, aunque modestas, cubren necesidades básicas como alimentación, educación y atención médica, especialmente en regiones marginadas. Sin embargo, la propuesta de gravar las remesas, incluso en su versión reducida, ha generado preocupación por su impacto en estas comunidades.

La diplomacia mexicana: Una batalla contra la doble tributación

El impuesto a las remesas ha sido criticado por el gobierno mexicano como una medida discriminatoria y contraria al tratado bilateral de 1994, que busca evitar la doble tributación. La SRE y el embajador Moctezuma han argumentado que los migrantes mexicanos en EE.UU. ya pagan impuestos sobre sus ingresos, lo que hace injusto gravar nuevamente el dinero que envían a sus familias.

“Es inaceptable. Los mexicanos que trabajan en EE.UU. ya pagan impuestos, y este gravamen es una doble tributación”, afirmó Sheinbaum en mayo de 2025.

El cabildeo mexicano ha incluido reuniones con congresistas estadounidenses, cartasilibre:0⁊, cartas de la comunidad migrante y la movilización de legisladores mexicanos para presionar al Senado estadounidense. Estas acciones han sido clave para reducir el impuesto del 5% inicial al 1%, aunque la posibilidad de movilizaciones masivas, como las mencionadas por Sheinbaum el 24 de mayo en San Luis Potosí, sigue siendo una opción para contrarrestar la medida si las condiciones empeoran.

Perspectivas diversas: Voces de migrantes y expertos

La comunidad migrante ha recibido la noticia del reembolso con una mezcla de alivio y escepticismo. Ramona López, una receptora de remesas en Michoacán, expresó:

“Ese 1% puede parecer poco, pero para nosotros es mucho. Si el gobierno nos ayuda a recuperarlo, será un gran apoyo, pero ojalá sea fácil de tramitar”.

Por su parte, expertos como Manuel Orozco, del Centro de Migración y Estabilización Económica, advierten que el impuesto podría incentivar el uso de canales informales, como el envío de dinero a través de viajeros, lo que podría aumentar los costos y riesgos para los migrantes. Gabriela Siller, de Banco Base, estima que el impacto económico del gravamen, aunque reducido, podría alcanzar los 2,266 millones de dólares anuales, afectando especialmente a estados como Chiapas y Zacatecas, donde las remesas son un pilar económico.

“Es probable que los migrantes busquen vías alternas, lo que reduciría la recaudación esperada por EE.UU. y limitaría el consumo de los migrantes en ese país”, señaló Siller.

Organizaciones como el Caucus Hispano en el Congreso estadounidense también han criticado la medida, calificándola como una “mala política” que afecta a 40 millones de personas, incluidos residentes legales y trabajadores con visas temporales. La Federación de Transmisores de Dinero (FTA) ha señalado que los impuestos a las remesas son ineficientes y podrían no generar los ingresos esperados por el gobierno de Trump, además de desincentivar el uso de canales formales.

Implicaciones económicas y sociales

El impacto del impuesto, aunque limitado al 1% de las remesas en efectivo, tiene consecuencias significativas. En 2024, el costo promedio de envío de remesas era de 4.47 dólares, una reducción del 24% desde 1999, según el Consejo Nacional de Población. Un impuesto adicional incrementaría este costo, afectando a los pequeños comercios en EE.UU., como bodegas en Nueva York o tiendas en Los Ángeles, que dependen de las comisiones por estas transacciones. Además, la medida podría desincentivar el consumo de los migrantes en EE.UU., lo que impactaría indirectamente la economía estadounidense.

En México, las remesas son un motor de desarrollo en comunidades rurales. En Jalisco, por ejemplo, el 10% de los hogares depende de estos envíos para cubrir gastos esenciales. La caída del 12% en las remesas de abril de 2025, atribuida a la incertidumbre por las políticas de Trump y la apreciación del peso, subraya la vulnerabilidad de estas comunidades ante cambios fiscales. El programa de reembolso propuesto por Sheinbaum podría mitigar este impacto, pero su éxito dependerá de la accesibilidad y confianza en Finabien.

El contexto político: Un nuevo frente en la relación bilateral

La propuesta de gravar las remesas se enmarca en un entorno de tensiones entre México y EE.UU., exacerbadas por las políticas migratorias y comerciales de la administración Trump. Desde su regreso a la presidencia, las remesas han registrado caídas consecutivas, con una reducción del 10.8% en marzo de 2025, según Banco Base. La amenaza de un muro arancelario y las políticas antiinmigrantes han generado miedo entre los migrantes indocumentados, quienes representan el 30% de los envíos de remesas (unos 19,000 millones de dólares al año). La oposición mexicana, liderada por Sheinbaum, ha enfatizado la importancia de los migrantes como “héroes y heroínas” que sostienen no solo la economía mexicana, sino también la estadounidense.

“Estados Unidos no sería lo que es sin los mexicanos que trabajan allá. Que se oiga fuerte”, afirmó la presidenta en San Luis Potosí.

Hacia el futuro: Retos y esperanzas

El programa de reembolso es un paso audaz para proteger a los migrantes mexicanos, pero su implementación enfrenta desafíos. La Financiera para el Bienestar debe garantizar que el proceso sea accesible, especialmente para los indocumentados, quienes podrían desconfiar de los sistemas gubernamentales. Además, la incertidumbre sobre la aprobación final del impuesto en el Senado estadounidense, prevista para finales de 2025, mantiene en vilo a las comunidades migrantes y a las autoridades mexicanas.

A largo plazo, México deberá fortalecer su estrategia diplomática para evitar medidas similares en el futuro, promoviendo la cooperación con países como India y Centroamérica, donde las remesas representan hasta el 20% del PIB. La lucha contra el impuesto es también una defensa de la dignidad de los migrantes, cuyo trabajo arduo cruza fronteras para sostener a sus familias. En un mundo marcado por la polarización y el proteccionismo, la respuesta de Sheinbaum es un mensaje claro: México no abandonará a sus paisanos.

La presidenta Claudia Sheinbaum en conferencia de prensa.
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