- Axis Noticias
- 2025-07-07
Kim Jong Un Abre las Puertas del Paraíso
El Monumental Complejo Turístico de Wonsan Kalma
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- Por AXIS Noticias,
- 2025-06-28
- En Internacional
El 24 de junio de 2025, bajo un cielo iluminado por fuegos artificiales y un ambiente de celebración cuidadosamente orquestado, Kim Jong Un, líder supremo de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), cortó el listón inaugural del complejo turístico Wonsan Kalma, un megadesarrollo situado en la costa oriental del país, en la provincia de Kangwon. Con una extensión de 4 kilómetros de playa de arenas blancas y una capacidad para albergar hasta 20,000 visitantes, este resort ha sido presentado por la propaganda oficial como un “paraíso sin igual en el mundo” y un símbolo del progreso económico norcoreano. Sin embargo, detrás de las imágenes de hoteles modernos, centros comerciales y piscinas al aire libre, se esconden preguntas sobre su propósito, su viabilidad económica y las implicaciones geopolíticas de un proyecto que busca abrir una ventana al turismo en uno de los países más cerrados del planeta.
La Génesis de un Sueño Turístico
La idea de transformar la península de Kalma, cerca de la ciudad de Wonsan, en un destino turístico de clase mundial comenzó en 2014, cuando Kim Jong Un anunció su visión de convertir a Corea del Norte en un actor relevante en la industria turística. Según la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA), el proyecto, que tomó una década en completarse, incluye una red de hoteles de lujo, hostales, restaurantes, instalaciones deportivas y centros culturales, todos diseñados con un estilo arquitectónico que combina elementos tradicionales coreanos con una estética moderna.
“Wonsan Kalma es un testimonio del potencial ilimitado de nuestro pueblo y de nuestra voluntad de construir un futuro próspero”, afirmó Kim durante la ceremonia, según reportes de la KCNA.
El complejo, construido a un costo estimado de 500 millones USD, según analistas de la Universidad Nacional de Seúl, representa uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos del régimen en los últimos años. Su ubicación estratégica, a solo 200 kilómetros de Pyongyang y cerca de una base militar clave, también ha generado especulaciones sobre su posible uso dual: turístico y propagandístico.
Un Espectáculo de Poder y Familia
La inauguración fue un evento cargado de simbolismo. Kim Jong Un asistió acompañado de su esposa, Ri Sol Ju, y su hija, Kim Ju Ae, una aparición que refuerza la narrativa de continuidad dinástica en la RPDC. Imágenes difundidas por medios estatales mostraron al líder saludando a una multitud entusiasta, con globos flotando en el aire y un espectáculo de luces que rivalizaría con cualquier evento internacional. La presencia del embajador ruso, Alexander Matsegora, y su delegación añadió una dimensión geopolítica, subrayando la creciente alianza entre Pyongyang y Moscú, especialmente tras el acuerdo de “defensa mutua” firmado en 2024 entre Kim y Vladimir Putin.
“La asistencia de diplomáticos rusos sugiere que el Kremlin pudo haber aportado apoyo logístico o financiero para completar el proyecto”, señaló un analista de la agencia surcoreana Yonhap.
Esta relación ha levantado sospechas entre expertos en Seúl, quienes especulan que el complejo podría estar parcialmente financiado por Rusia a cambio de apoyo militar norcoreano en el conflicto de Ucrania. Sin embargo, no hay evidencia pública que confirme esta teoría, y el régimen norcoreano ha insistido en que Wonsan Kalma es un logro nacional.
El Turismo en Corea del Norte: Un Sector en Construcción
El turismo en la RPDC es un fenómeno peculiar. Aunque el país recibe solo unos 5,000 turistas extranjeros al año, según estimaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el régimen ha invertido en proyectos como el complejo de esquí Masikryong y el balneario Yangdok para atraer visitantes, principalmente nacionales. Wonsan Kalma, con su apertura programada para el 1 de julio de 2025, está diseñado exclusivamente para el turismo interno, una decisión que refleja las restricciones de entrada al país, endurecidas tras la pandemia de COVID-19, que cerró las fronteras en 2020.
“El turismo en Corea del Norte no busca competir con destinos como Cancún o Bali, sino reforzar el orgullo nacional y proyectar una imagen de prosperidad”, comentó un especialista en política asiática de la Universidad de Stanford.
En un país donde el ingreso per cápita es de aproximadamente 1,200 USD al año, según el Banco Mundial, la accesibilidad de un resort de lujo plantea interrogantes. Los costos de alojamiento en Wonsan Kalma no han sido revelados, pero expertos estiman tarifas iniciales de entre 100 y 300 USD por noche, un precio prohibitivo para la mayoría de los norcoreanos, cuyo salario mensual promedio es de 10 a 20 USD. Esto sugiere que el complejo estará reservado para la élite del Partido del Trabajo de Corea, funcionarios gubernamentales y, posiblemente, turistas de países aliados como China o Rusia.
Contexto Histórico: El Turismo como Herramienta de Propaganda
La obsesión de los líderes norcoreanos por el turismo no es nueva. Desde los años 70, bajo el gobierno de Kim Il-sung, el régimen ha utilizado proyectos de infraestructura para proyectar poder y estabilidad. La construcción del Hotel Ryugyong en Pyongyang, un rascacielos de 330 metros que permanece incompleto tras décadas, es un ejemplo de las ambiciones desmedidas del país. Kim Jong Un, quien asumió el poder en 2011, ha continuado esta tradición, pero con un enfoque más pragmático, priorizando proyectos que puedan generar ingresos o fortalecer la narrativa de autosuficiencia.
Wonsan Kalma, sin embargo, es único por su escala y su enfoque en el turismo doméstico. A diferencia de destinos internacionales que buscan divisas extranjeras, este complejo parece diseñado para consolidar el control ideológico interno. Según un informe del Instituto de Estudios para la Paz de Corea, el régimen utiliza estos proyectos para mostrar a los ciudadanos una imagen de modernidad, mientras desvía la atención de problemas como la escasez de alimentos, que afecta al 60% de la población, según la ONU.
Implicaciones Geopolíticas: Más que un Resort
La presencia de diplomáticos rusos en la inauguración no pasó desapercibida. La relación entre Corea del Norte y Rusia se ha intensificado desde la invasión de Ucrania en 2022, con reportes de envíos de artillería norcoreana al Kremlin. Analistas surcoreanos sugieren que Wonsan Kalma podría ser un gesto de agradecimiento a Moscú, o incluso un proyecto parcialmente financiado por Rusia para fortalecer la alianza.
Además, la ubicación del complejo, cerca de una base militar en Wonsan, ha generado especulaciones sobre su uso estratégico. En 2019, Kim Jong Un supervisó pruebas de misiles en la misma región, lo que sugiere que el área tiene un valor más allá del turismo.
“No es solo un resort; es una declaración política. Kim quiere mostrar al mundo que Corea del Norte puede construir algo grandioso, incluso bajo sanciones”, afirmó un experto del Consejo de Relaciones Exteriores.
Las sanciones internacionales, impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU desde 2006 debido al programa nuclear de Pyongyang, han limitado el acceso del país a capital extranjero, lo que hace que la financiación de un proyecto de esta magnitud sea un enigma. Algunos analistas especulan que el régimen pudo haber redirigido recursos de programas sociales o utilizado fondos de actividades ilícitas, como el comercio de carbón, aunque estas afirmaciones carecen de pruebas concretas.
Perspectivas Contrastantes: Éxito o Fachada
El proyecto ha generado reacciones encontradas. En Corea del Norte, los medios estatales han presentado Wonsan Kalma como un triunfo del socialismo juche, la ideología de autosuficiencia del país.
“Este complejo es un regalo del camarada Kim Jong Un al pueblo coreano, una muestra de nuestra capacidad para superar cualquier desafío”, publicó la KCNA.
Sin embargo, expertos internacionales son escépticos. La falta de infraestructura turística, como vuelos internacionales regulares o una red hotelera accesible, limita el potencial de Wonsan Kalma para atraer visitantes más allá de la élite local. Además, las restricciones de movimiento dentro del país dificultan que los ciudadanos comunes accedan al resort.
En México, donde el turismo representa el 8.5% del PIB (unos 2.5 billones MXN en 2024, según la Secretaría de Turismo), la noticia ha despertado curiosidad, pero también críticas.
“Es fascinante ver cómo un país tan cerrado apuesta por el turismo, pero suena más a propaganda que a un plan viable”, comentó un académico de la Universidad Autónoma de México (UNAM).
Por otro lado, algunos ven en Wonsan Kalma un intento de emular destinos turísticos asiáticos como Macao o Singapur, pero sin la apertura económica necesaria.
Desafíos Logísticos y Económicos
La viabilidad del complejo enfrenta múltiples obstáculos. La infraestructura de transporte en Corea del Norte es limitada, con carreteras en mal estado y un sistema ferroviario que apenas cubre los 5,000 kilómetros de vías, según el Banco Mundial. El aeropuerto de Wonsan, modernizado en 2015, tiene capacidad para recibir vuelos internacionales, pero su uso está restringido por sanciones y la falta de aerolíneas comerciales.
Además, la economía norcoreana enfrenta una crisis crónica. En 2024, el país reportó una inflación del 40% y una caída del 2.3% en su PIB, según estimaciones del Banco de Corea del Sur. En este contexto, destinar cientos de millones de dólares a un proyecto turístico plantea preguntas sobre las prioridades del régimen, especialmente cuando el Programa Mundial de Alimentos reporta que 11 millones de norcoreanos padecen inseguridad alimentaria.
El Turismo como Espejo de la Sociedad Norcoreana
Wonsan Kalma no es solo un proyecto de infraestructura; es un reflejo de las contradicciones de Corea del Norte. Por un lado, busca proyectar una imagen de modernidad y autosuficiencia; por otro, perpetúa la exclusión de la mayoría de la población, reservando sus beneficios para una élite privilegiada. La presencia de Kim Ju Ae en la inauguración también sugiere un esfuerzo por consolidar la dinastía Kim, presentando a la joven como una figura pública en un país donde la sucesión es un tema delicado.
En el ámbito internacional, el complejo podría ser un paso tentativo hacia la apertura, aunque limitada. China, que representa el 90% del comercio norcoreano, podría enviar turistas en el futuro, especialmente si las tensiones con Occidente persisten. Sin embargo, la falta de transparencia y las restricciones de viaje dificultan que Wonsan Kalma se convierta en un destino global.
Un Futuro Incierto para un Proyecto Ambicioso
Mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo de Wonsan el 24 de junio de 2025, el mundo observaba con una mezcla de fascinación y escepticismo. El complejo turístico Wonsan Kalma es, sin duda, una hazaña arquitectónica, pero su éxito dependerá de factores que van más allá de sus instalaciones de lujo. ¿Podrá Corea del Norte superar las sanciones, la pobreza y su aislamiento para convertir este proyecto en un motor económico? ¿O será otro monumento a la propaganda, como el Hotel Ryugyong?