- Axis Noticias
- 2025-07-04
La exclusión de Karla Sofía Gascón de la Academia de Hollywood
¿Un eco de la cancelación o un fallo institucional?
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- Por AXIS Noticias,
- 2025-06-28
- En Entretenimiento
En la primavera de 2025, el mundo del cine celebró un momento histórico: Karla Sofía Gascón, actriz española de 53 años, se convirtió en la primera mujer trans nominada al Óscar a Mejor Actriz por su papel protagónico en Emilia Pérez, un narcomusical dirigido por Jacques Audiard que capturó la atención global. Su interpretación de una líder criminal en busca de redención no solo le valió el reconocimiento en el Festival de Cannes, donde compartió el premio a Mejor Actriz con sus compañeras de reparto, sino que posicionó a la película como una de las favoritas en la temporada de premios con 13 nominaciones al Óscar. Sin embargo, la euforia de este logro se vio ensombrecida por una serie de eventos que culminaron en un hecho sin precedentes: la exclusión de Gascón de la lista de nuevos miembros de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, anunciada el 26 de junio de 2025.
El peso de los tuits del pasado
La controversia que marcó el camino de Gascón comenzó en enero de 2025, apenas días después del anuncio de las nominaciones al Óscar. Una periodista canadiense desenterró publicaciones en la red social X, realizadas entre 2019 y 2021, en las que Gascón emitía comentarios ofensivos sobre el Islam, el movimiento Black Lives Matter y el caso de George Floyd, además de críticas mordaces contra los propios Premios Óscar. Los mensajes, cargados de un tono que muchos calificaron como racista e islamofóbico, desataron una tormenta mediática. La actriz, que inicialmente defendió sus palabras como “sacadas de contexto” y fruto de un “momento de ignorancia”, se vio obligada a cerrar temporalmente su cuenta en X tras recibir amenazas de muerte y una avalancha de críticas.
“Lamento profundamente haber causado dolor. Como miembro de una comunidad marginada, conozco muy bien este sufrimiento”, expresó Gascón en un comunicado difundido por Netflix en febrero de 2025.
La reacción de la industria fue inmediata. Netflix, distribuidora de Emilia Pérez en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, tomó la drástica decisión de apartar a Gascón de la campaña promocional de la película, excluyéndola de eventos clave como los Critics Choice Awards, los BAFTA y los Premios Goya. Incluso el director Jacques Audiard, en una entrevista con Deadline, calificó los comentarios de Gascón como “inexcusables” y señaló una ruptura en su relación profesional: “No he hablado con ella, ni quiero hacerlo. Está en un momento autodestructivo”. Esta desvinculación pública, junto con la ausencia de Gascón en la alfombra roja de los Óscar, marcó un punto de inflexión en su carrera.
La exclusión de la Academia: ¿Una decisión justificada?
La Academia de Hollywood, que cada año invita a nuevos miembros para diversificar sus filas, anunció el 26 de junio de 2025 la incorporación de 534 profesionales del cine, incluyendo figuras como Ariana Grande, Adriana Paz y los nominados al Óscar Mikey Madison y Fernanda Torres. Sin embargo, la ausencia de Gascón en esta lista rompió con una tradición casi inviolable: los nominados a los premios principales, especialmente en categorías interpretativas, suelen ser considerados automáticamente para la membresía. En la última década, solo un caso similar había ocurrido: Yalitza Aparicio, nominada por Roma en 2019, no fue invitada en su año de nominación, aunque se unió al año siguiente.
La exclusión de Gascón, verificada por medios como The Wrap y El País, desató especulaciones sobre las razones detrás de la decisión. Según las reglas de la Academia, los nominados son evaluados por comités internos que revisan su trayectoria y contribuciones al cine. Aunque Gascón cumplía con el criterio de nominación, su pasado en redes sociales parece haber pesado más que su logro artístico. La controversia por sus tuits, que incluyó acusaciones de xenofobia y clasismo, habría influido en la percepción de la Academia, una institución que en los últimos años ha priorizado la inclusión y la diversidad tras críticas por su falta de representación.
“Yo solo puedo seguir trabajando, poniendo toda mi alma en los personajes que interpreto y demostrando, en mi vida personal, que no tengo nada que ver con la imagen negativa que algunos han intentado crear de mí”, afirmó Gascón en una entrevista con EFE tras su exclusión.
El contexto de la “cultura de la cancelación”
La historia de Gascón no puede entenderse sin analizar el fenómeno de la cultura de la cancelación, un término que ella misma invocó para describir su experiencia. En un comunicado publicado en Instagram en febrero de 2025, la actriz aseguró ser víctima de una campaña orquestada para sabotear su carrera: “Han mezclado cosas para que parezca que soy muy mala. Si me tengo que ir, será cuestión del tiempo quien lo ponga en su lugar”. Este discurso resonó en un sector de la audiencia que ve en la “cancelación” una forma de linchamiento digital que no permite redención. Sin embargo, críticos como la periodista Sarah Hagi, quien destapó los tuits, argumentaron que la responsabilidad recae en Gascón por no haberse retractado oportunamente de sus palabras.
El debate sobre la cancelación no es nuevo en Hollywood. Casos como el de Kevin Hart, quien en 2018 renunció a presentar los Óscar tras la reaparición de tuits homofóbicos, o el de Gina Carano, despedida de The Mandalorian en 2021 por comentarios polémicos, reflejan la creciente sensibilidad de la industria hacia el impacto de las redes sociales. En el caso de Gascón, la magnitud de su hito como primera actriz trans nominada amplificó tanto su visibilidad como la reacción a sus errores pasados. Para algunos, su exclusión de la Academia es una medida coherente con los valores de inclusión que la institución promueve; para otros, es una muestra de hipocresía en un sistema que celebra la diversidad mientras castiga severamente los errores del pasado.
El impacto en Emilia Pérez y la industria
La controversia no solo afectó a Gascón, sino también a Emilia Pérez, una película que, pese a sus 13 nominaciones, solo obtuvo dos premios Óscar: Mejor Actriz de Reparto para Zoe Saldaña y Mejor Canción Original por “El Mal”. Analistas de la industria, como los columnistas de Variety, sugirieron que la polémica en torno a Gascón pudo haber restado votos a la película, especialmente en categorías competitivas como Mejor Película, donde Anora se alzó con la estatuilla. Bela Bajaria, directora de contenidos de Netflix, lamentó que la controversia “desviara la atención” de un filme que calificó como “una obra asombrosa creada por 100 personas talentosas”.
En México, Emilia Pérez también enfrentó críticas por su representación del país, acusado de perpetuar estereotipos sobre el narcotráfico y la violencia. Jacques Audiard defendió su visión artística, argumentando que no buscaba un retrato realista sino una narrativa estilizada. Sin embargo, estas críticas, sumadas al escándalo de Gascón, generaron una percepción de que la película era un proyecto divisivo, lo que pudo influir en su desempeño en la temporada de premios.
La respuesta de Gascón: resiliencia y redención
A pesar de las adversidades, Gascón no se ha retirado del ojo público. Tras los Óscar, donde asistió sin desfilar por la alfombra roja, emitió un comunicado a The Hollywood Reporter que reflejó tanto su dolor como su determinación: “El dolor fue tan abrumador que contemplé lo impensable. Ahora que la tormenta se está calmando, empiezo a ver claramente lo que he aprendido. El odio no puede ser apagado con más odio”. Estas palabras, cargadas de introspección, buscaron proyectar una imagen de arrepentimiento y compromiso con el cambio, aunque no silenciaron a sus detractores.
En mayo de 2025, Gascón reapareció en los medios al compartir una fotografía desde un hospital, generando preocupación entre sus seguidores. Aunque no especificó su estado de salud, la imagen, acompañada de la frase “Nam Myoho Renge Kyo” (un mantra budista), sugirió un momento de reflexión personal. Días después, anunció su participación en nuevos proyectos cinematográficos, demostrando que, lejos de rendirse, busca reconstruir su carrera.
Perspectivas cruzadas: ¿justicia o exceso?
El caso de Gascón plantea preguntas incómodas sobre los límites de la responsabilidad personal y la redención en la era digital. Para algunos académicos y activistas, como la profesora de estudios de género Laura Martínez, la exclusión de Gascón refleja un doble rasero: “Hollywood aplaude la diversidad cuando es conveniente, pero no tolera imperfecciones en quienes representan a comunidades marginadas”. Otros, como el crítico de cine Carlos Aguilar, argumentan que la Academia actuó con coherencia al priorizar su compromiso con la inclusión: “Los comentarios de Gascón, aunque antiguos, contradicen los valores que la institución promueve. Su exclusión no es cancelación, es consecuencia”.
En México, el caso ha generado un debate paralelo sobre la representación de identidades trans en el cine y los estándares de conducta impuestos a figuras públicas. Activistas como Alejandra Márquez, de la organización Transgénero México, señalan que Gascón, como pionera, enfrenta una presión desproporcionada: “Se espera que sea perfecta, cuando nadie lo es. Su talento no debería ser opacado por errores del pasado”.
Un futuro incierto en Hollywood
A medida que la industria del cine evoluciona, el caso de Karla Sofía Gascón se perfila como un punto de inflexión en la discusión sobre la inclusión, la responsabilidad y la cultura de la cancelación. Su exclusión de la Academia, aunque dolorosa, no marca el fin de su carrera. Con proyectos en marcha y un talento innegable, Gascón tiene la oportunidad de redefinir su narrativa. Sin embargo, su historia deja una lección clara: en la era de las redes sociales, el pasado digital puede ser tan determinante como el presente artístico.
La Academia, por su parte, enfrenta el desafío de equilibrar su compromiso con la diversidad y su respuesta a las controversias. La exclusión de Gascón, aunque justificada para algunos, podría interpretarse como una señal de que Hollywood aún no está listo para abrazar plenamente la complejidad de las figuras que rompen moldes. Mientras tanto, Gascón sigue adelante, llevando consigo el peso de un hito histórico y las cicatrices de una batalla que trasciende las pantallas.